Mientras me acostaba en la cama, una extraña sensación comenzó a escurrirse sobre mí.Una ardiente deseo de aliviarme, pero no de la manera habitual.Me encontré anhelando el prohibido, el tabú acto de mojar mi cama.Era una fantasía que llevaba años de acecho en el fondo de mi mente, y ahora estaba afianzando.Incapaz de resistirme, me solté, mi cuerpo sucumbiendo a las primeras ganas.El cálido líquido fluyó sobre mí, empapando entre mi ropa y en las sábanas.La emoción del acto era abrumadora, una mezcla de vergüenza y placer que nunca antes había experimentado.Mientras me acosté allí, el aroma a orina llenó la habitación, un testimonio de mi obra traviesa.Pero a pesar del riesgo, la prisa de liberarme de una manera tan prohibida fue demasiado para resistirme.Era un secreto que solo podía guardar, un recuerdo tentador que se mantendría en mi mente.
