Siempre tengo una cosa por bondage.Cuando se acercó la amiga de mi hermana, aproveché para mostrarle las cuerdas.Empecé vendándole los ojos, haciéndola sentir indefensa y vulnerable.Luego, le ataba las manos y las piernas, dejándola a mi merced.La provocaba, recorriendo su cuerpo con mis manos, sintiendo su estremecimiento bajo mi tacto.Me tomé mi tiempo, disfrutando de la potencia que tenía sobre ella.Podía hacerle lo que quisiera y no podía hacer nada para detenerme.Me daba brusquedad con ella, mostrándole lo mucho que disfrutaba esto.Ella se retorcía y gemía, pero no lo soltaba.Empujé sus límites, llevándola a lugares que nunca pensó que podría ir.Al final, ambos estábamos sin aliento, gastados.Era una manera perfecta de pasar una tarde a pasar una tarde.