En un giro del destino, la ladrona rubia y menuda, Summer Brooks, se encontró acorralada por la policía de la tienda.Ante la amenaza de ser detenida, hizo un movimiento audaz, ofreciendo su pequeño coño al oficial a cambio de indulgencia.El poli, sin poder resistirse al atractivo de su encanto inocente y su apretado agujerito, accedió a su propuesta.Desbrochó el cierre del pantalón dejando ver su enorme polla, que se metió con ansias en la boca, chupándola y acariciándola con fervor.La vista de esta rubia traviesa de rodillas, atendiéndole, fue suficiente para hacer que cualquier hombre se olvidara del crimen que tenía entre manos.Después de un rato, lo montó, cabalgando su gran polla con abandono salvaje, gimiendo de placer mientras la llenaba.El oficial, completamente satisfecho, la dejó ir, permitiéndola escapar de las consecuencias de sus acciones.