Charly Summers, una ardiente zorra con voluptuosos atributos, tuvo un peculiar fetiche.Ella ansiaba no sólo la hombría de cualquier hombre, sino que era colosal en tamaño e intensidad.En un día mundano, se encontró en una tienda minorista, sucumbiendo a sus deseos y tomando un puñado de mercancías, con la intención de cumplir su deseo insaciable.Poco sabía, se topaba con un guardia de seguridad, que recién resultaba estar dándose placer con su propio miembro masivo.La vista del pesado eje de los guardias encendió una llama dentro de ella, y no perdió tiempo en llevarlo a su boca, saboreando cada centímetro de su impresionante longitud.El guardia, inicialmente sorprendido por el encuentro inesperado, pronto sucumbió a sus avances.La estropeó en varias posiciones, incluso por detrás, mostrando su insacible lujuria.La vista de este hirsute hombre con una enorme polla fue suficiente para satisfacer los antojos de Charlys, dejándola completamente saciada.