La embarazada Kimmy Granger se encontró en una situación pegajosa cuando la pillaron robando en la tienda.El guardia de seguridad, que la pilló con rapidez en el acto, tuvo algunas demandas bastante inusuales.Quería algo a cambio de su silencio, y no era dinero ni una simple advertencia.En cambio, quería tener sexo con ella allí mismo en la oficina.Inicialmente, Kimmy dudó, pero a medida que crecía la tensión entre ellos, se encontró sucumbiendo a sus avances.Lo que comenzó como un encuentro rápido y furtivo pronto se convirtió en una aventura salvaje y apasionada.La vista de su vientre creciendo con su hijo solo sirvió para alimentar sus ganas, ya que continuaron explorando los cuerpos de los demás.A pesar del riesgo de ser atrapados por la policía, su lujuria insaciable los llevó a continuar su aventura ilícita, culminando en una escena caliente que los dejó a ambos sin aliento y satisfechos.