Una chica pelirroja joven y ardiente tiene un lado salvaje que ha anhelado explorar.Siempre se siente atraída por el atractivo de un pene protésico, y hoy finalmente decidió probarlo.La vista del mismo le baja el escalofrío, y no puede resistir las ganas de tocarlo.Es insaciable, y la prótesis está más que dispuesta a satisfacer sus necesidades.Al envolver su mano alrededor, puede sentir el metal frío contra su piel, y la sensación envía olas de placer recorriendo su cuerpo.Es una esclava de sus deseos, y la protésica es su amo.Lo toma en su boca, envolviendo sus labios alrededor de la superficie tersa.El sabor del metal es embriagador, y no se cansa de hacerlo.Su collar se brilla con sudor mientras continúa complaciéndose, perdida en el mundo de su propia fabricación.Esto no es solo un fetiche, es un estilo de vida, y está lista para abrazarlo sin descanso.