Siempre he sido un gran fan de la hombría de mi esposo, y me encanta darle placer con ella.Pero a veces, él anhela algo más intenso, y eso es cuando alcanzo mi juguete sexual favorito.Mi esposo es un verdadero conocedor de lo erótico, y le encanta verme como me entrego a algún auto-placer.Se encuentra increíblemente excitante ser testigo de la vista de mi voluptuoso cuerpo, mi amplio pecho, y mi redondo derriere, todo en plena exhibición mientras monto mi juguete hasta el clímax.La vista de mis pies, mis dedos de los pies retorciéndose en éxtasis, solo se suma al erotismo de la escena.Y como me llevo al borde, mi esposo no puede evitar cautivarse por la vista de mí miembro palpitante, la evidencia de mi placer, brillando en mi juguete.Es una vista que nunca deja de excitarlo, y no puedo evitar ser complacida por la forma en que él me mira, sus ojos llenos de deseo y satisfacción.
