Me estaba relajando en casa cuando mi vecino llamó a la puerta.Parecía nervioso y empitonado, pero sabía que tenía algo en mente.Nada más entrar, él fue directo a por mi polla y comenzó a chuparla.Me quedé desconcertado al principio, pero luego me di cuenta de que le gustaba hacer mamadas negras.Era un amateur, pero él estaba ansioso por aprender y complacerme.Podía sentir su excitación mientras él seguía chupándome, su lengua bailaba alrededor de la punta de mi eje.Se notaba que estaba disfrutando cada segundo de ello, y yo también.Sus movimientos inexpertos solo hacían que la experiencia fuera más emocionante para ambos.Seguimos nuestro encuentro apasionado, explorando cada uno de los cuerpos hasta llegar al clímax.Fue un viaje salvaje, pero uno que no olvidaré pronto.