En un encuentro caliente, mi novia y yo decidimos animar las cosas invitando a un amigo a casa.¿El giro?Iba a ver cómo mi pareja conseguía que su culo fuera penetrado por este semental colgado, todo mientras llevaba un anillo de polla tentador.La vista de ella siendo follada por detrás por esta herramienta masiva, su delicioso trasero latino siendo estirado, era un espectáculo para contemplar.Me encontraba ansioso por unirme, pero la emoción de ser un cornudo era demasiado tentadora como para resistirme.A medida que la acción se calentaba, me encontré acariciando mi propia polla, perdida en el erotismo de la escena ante mí.La habitación estaba llena de gemidos y gruñidos, el ritmo de palmadas en la piel y el aroma intoxicante al sexo en el aire.Cuando finalmente terminó, todos nos pasamos, nuestros cuerpos entrelazados en una neblina postcoital.Fue un viaje salvaje, y sabía que volveríamos a por más.