Estaba en la otra habitación, grabando un mensaje para mi esposa cuando escuché un gemido familiar del dormitorio.Me colé para encontrar a mi hijastra de 19 años, no a mi hija, dándose placer a mi voz.Como hombre, fue imposible resistirse a tal invitación.Me acerqué a ella, y con ansias tomó mi polla dura en su boca, chupándola habilidosamente.Después de una mamada salvaje, nos mudamos al salón, donde ella mostraba su culo antes de cabalgarme en posición de vaquera.El sexo intenso siguió entrando por detrás, con sus gemidos fuertes mientras yo taladraba su coñito apretado.Cambiamos a misionero, donde ella continuó sus gemidas lujuriosas hasta llenarla con mi semen.Una chica joven que ama tanto el sexo como ella lo hace es un sueño hecho realidad para cualquier hombre.