Me sorprendió cuando mi profesor de hijos, la impresionante Maestra, llegó a tocar a mi puerta.Siempre había sido un espectáculo para los ojos doloridos, con sus curvas deliciosas y su encanto irresistible.Mientras la invitaba a entrar, la química entre nosotros era palpable.Era una seductora, una tentadora, y yo no podía resistirme a su atractivo.Cada movimiento era un provocador tentador, su toque enviando estremecimientos por mi columna.Me llevaba al dormitorio, sus manos explorando cada centímetro de mi cuerpo, sus labios dejando rastros de fuego en mi piel.Me rendí a ella, dándole un control completo, dejando que explorara cada parte de mí.Su boca trabajaba en magia, llevándome a lo más profundo de su deseo, su cuerpo envolviéndome en un baile de pura éxtasis.La vista de su voluptuoso culo, sus gemidos, cada movimiento, estaba grabada en mi memoria.Erauna noche de apreciación para siempre, una lección de placer enseñada por un maestro maestro maestro.