Siempre he sido enamorado por mi figura voluptuosa de tíastra, especialmente sus hipnotizantes senos.Cuando surgió la oportunidad de reservar una habitación de hotel, no pude resistir las ganas de disfrutar de algún placer carnal con ella.Nada más entrar en la habitación, desaté mi hombría, ansiosa por presenciar su experimentada boca en acción.Ella con ansias me llevaba, mostrando su habilidad oral.Me recreaba en la sensación, reviviendo cada momento.Pero mis deseos lujuriosos estaban lejos de saciarse.Amaté más que solo una sesión rápida.Quería saborear cada centímetro de ella.La ubiqué en la cama, tomando el control y clavándome más profundamente en ella.La vista de su amplio pecho rebotando con cada embestida alimentó mi excitación.Me perdí en el éxtasis, disfrutando cada segundo pasado con mi amante maduro.Fue una noche para recordar, un testimonio del encanto de placeres prohibidos.