Después de un año y medio de salir con mi delgada novia de piel pálida y tetas diminutas, decidí separarme.Antes de despedirme, quería aprovechar al máximo nuestro último momento íntimo.Le solicité que le hiciera una mamada de rodillas, cosa que ella ansiosamente hizo.Luego, la tuve acostada en el sofá para que yo pudiera tener una última oportunidad en su estrecho ano.Ella gemía de placer mientras yo la penetraba, sus pequeños senos rebotando con cada embestida.Como bonificación, su amiga se unió, dándome una paja para que la experiencia fuera aún más memorable.Este era un extremo apropiado de nuestra relación, dejándome con una sonrisa satisfecha y un apuesto recuerdo de su apretado y pálido culo.