Ivy Maddox, la seductora con una inclinación por lo salvaje y lo indomable, se encuentra en un encuentro tentador con tres sementales ébano.Su hambre por ella es insaciable, su deseo insaciables.Se encuentra con sus apetitos propios, con sus labios exquisitos envolviendo con ansias dos colosales ébanos, su lengua bailando en un ritmo de éxtasis.Sus ojos, rebosantes de lujuria, hablan volúmenes del placer que degusta.La intensidad aumenta a medida que uno de los caballeros toma el control, sus dedos penetrando sus profundidades, sus palabras encendiendo su pasión ardiente.El clímax llega en un diluvio de delicia cremosa y caliente, su sabor tan exquisito como el que había imaginado.El gran final ve su ceñido, invitando a la entrada estirada a sus límites, un testimonio del fer de su encuentro.Este es un cuento de crudo, primal, donde se cumplen la pasión borrosa y los deseos.
