Después de un largo y agotador día, regresé a casa para encontrar a mi hermanastra recostada en el sofá.Las ganas de disfrutar de alguna acción caliente con ella habían ido acumulándose dentro de mí durante un tiempo.No pude resistirme más y decidí hacer un movimiento.Empezamos con algunos besos apasionados, nuestras lenguas entrelazadas en un baile acalorado.Despacio me abrí paso hasta su cuerpo perfectamente esculpido, rastreando mis dedos por encima de sus curvas y lamiendo sus pezones.Luego separé sus piernas, dejando ver su delicioso monte.No perdí tiempo en bucear, mi lengua explorando cada centímetro de ella.Los gemidos que emanaban de ella eran suficientes para volverme loca.Entonces me recosté en el sillón, invitándola a unirse a mí.Ella ansiosamente se sentó a horcajadas, sus pliegues húmedos deslizando sobre mi duro eje.El ritmo de nuestro amor creció más rápido y duro, hasta que ambos sucumbimos al éxtasis, nuestros cuerpos convulsionando de placer.
