En el mundo de Nier Automata, la línea entre lo humano y la máquina se desenfoca.El encanto de lo desconocido, la emoción de lo prohibido, y la promesa de placer se entrelazan en este cuento tentador.Nuestro protagonista, el insaciable Octokuro, enfundado en su armadura androide, anhela algo más que solo sus compañeros mecánicos.Ella anhela el toque de un humano, el sabor de sus carnes, y la sensación de sus dedos explorando sus deseos más profundos.Su deseo se concede cuando dos afortunados hombres se tropiezan con ella, su curiosidad provocada por la vista de su cuerpo de forma seductora debajo de la armadura.Ellos compiten ansiosamente, sus manos explorando cada centímetro de ella, sus lenguas saboreando cada gota de su dulz. La acción se intensifica a medida que se van turnando, sus dedos y pollas explorando su estrecho agujero, cada embestida más profunda que la anterior.El clímax es un espectáculo para contemplar, un testimonio de la naturaleza cruda y primaria del deseo, mientras se llenaba hasta el borde, su cuerpo se estremece en éxtasis.Esto no es solo sexo; es un viaje hacia lo más profundo del placer, un testamento del poder de la interacción hombre-máquina.
