Madison Summers y su padrastro siempre han compartido un vínculo especial, uno que trasciende la típica relación padre-hija.En Acción de Gracias, después de un acalorado intercambio con su padre, Madison se encontró en el garaje, sus deseos se encendieron con sus provocativas palabras.No pudo evitar imaginar lo que sentiría ser tomado por él, probar su hombría.Cuando se sentó en el sofá, su mente vagaba por la gran polla de su padrafo, y se encontró de rodillas, bajando el cierre de su pantalón y llevándolo a su boca, saboreando cada centímetro de su deseo palpitante.Con su apretado ano suplicando por ello, su padratro se obligó, dándole la dura follada que ansiaba.La vista de la gran verga de su padrástro hundiéndose en su apretadito coño fue suficiente para hacerla desear más, y ella ansiosamente tomó cada centímetro, su cuerpo temblando de placer mientras él la llenaba de su caliente y pegajosa semilla.
