El primo de Lauras siempre ha sido un poco pervertido cuando se trata de ella.Siempre la había estado observando, estudiando cada movimiento de ella, y finalmente, decidió hacer su movimiento.Había llegado el momento de que él llevara su relación al siguiente nivel.Sabía que era un poco zorra, una puta que no amaba nada más que una buena follada.Así que, se acercó a ella, los ojos se llenaron de lujuria, y no pudo resistirse.Ella sabía lo que quería, y estaba más que lista para dárselo.Se recostó en el sofá, las piernas se abrieron de par en par, invitándole a que la tomara.Él hizo justo eso, sus dedos explorando sus pliegues húmedos antes de hundir su polla dura profundamente dentro de ella.La posición del misionero fue perfecta para que él viera su culo apretado rebotar y bajar sobre su eje.Sus gemidos llenaron la habitación mientras la follaba duro, su cuerpo se retorcía de placer.Esto fue solo el comienzo de su salvaje cabalga.
