Después de un largo día de trabajo regresé a casa para encontrarme a mi hijastra recostada en el sillón, luciendo bastante aburrida.Sabía que había estado anhelando algo más que su típica rutina.Al sentarme a su lado, nuestros ojos se conocieron y se encendió una ardiente pasión entre nosotros.Con un travieso brillo en sus ojos, lentamente alcanzó mis pantalones, abriéndolos de una sonrisa diabólica.Su lengua se desató, explorando ansiosamente el nuevo territorio ante ella.La sensación fue intensa, enviando estremecimientos por mi columna mientras hábilmente me llevaba a la boca.Sus manos deambulaban, agarrando cada centímetro de mí, mientras sus labios hacían su magia, llevándome al borde del éxtasis.Su nombre es Alba, una chica que sabe cómo manejar una gran polla.Su chupada babeante me dejó sin aliento, un testimonio de sus expertas habilidades orales.Esta es una historia de placer prohibido, una historia de hijastra que sabe cómo satisfacer sus deseos de padrastro.