Después de un largo año de estar separados, finalmente decidí visitar a mi prima que vivía en el Caribe.Siempre había albergado sentimientos por ella, y la distancia solo parecía hacerlos más fuertes.Nada más llegar a su lugar, la atracción magnética entre nosotros fue innegable.No pudimos resistir más las ganas de explorar nuestros deseos.Así que, decidimos dar el paso y disfrutar de una sesión caliente de placer.Su piel de chocolate brillaba bajo las cálidas luces del Caribe, sus curvas eran un espectáculo para contemplar.La forma en que ella gemía mientras la llevaba, la forma en que correspondía montándome, era una sinfonía de placer que resonaba por la habitación.Nuestro encuentro íntimo fue un testimonio de la profundidad de nuestros deseos y el calor de nuestra pasión.Fue un momento de éxtasis puro, un recuerdo que se quedaría con nosotros durante mucho tiempo.