Después de un agitado día de trabajo, el hombre decidió relajarse dándose placer a sí mismo.Era un hombre bien dotado, su hombría estaba parada y firme, anhelando atención.Comenzó a acariciar su eje, su mano moviéndose rítmicamente hacia arriba y hacia abajo.Su respiración se volvió más pesada cuando se acercó al clímax, sus bolas se apretaron con anticipación.Era todo un maestro del auto-placer, sabiendo exactamente cómo tocarse para enviar ondas de placer desplazándose por su cuerpo.Sus golpes se volvieron más rápidos, sus respiraciones más cortas, hasta llegar al pico de éxtasis.Con un golpe final y poderoso, liberó un torrente de semen caliente y pegajoso, revistiendo su mano y el dispositivo móvil que había estado usando.La vista de su liberación fue un testimonio de la intensidad de su placer, un final satisfactorio para su sesión en solitario.
