En el calor sofocante de la piscina, Elena se encontró anhelando algo de excitación.Se deslizó en el asiento trasero del coche, su corazón follando con anticipación.Cuando comenzó a provocarse, sus dedos trazaban un camino tentador por su cuerpo, encendiendo un deseo ardiente dentro de ella.Con cada toque, su ropa se sentía demasiado restrictiva, y comenzó a rasgarlos, dejando ver sus curvas exquisitas.Sus pezones se endurecían con cada jalón, una clara señal de su excitación creciente.La vista de sí misma en el espejo, semidesnuda y a punto de perder el control, fue suficiente para enviarla a un frenesí de placer.Sus movimientos se volvieron más frenéticos, su respiración se apretaba mientras se empujaba al borde.El interior del coche se llenaba del aroma intoxicante de su lujuria, un testimonio de su sed insaciable de satisfacción.
